El Banco de España prevé que la economía nacional cierre 2016 con un crecimiento ligero del 3.2%, mientras que en 2017 el avance del PIB se reducirá al 2.7%, dos décimas más que la previsión anterior.  Así, el BE explica que la economía nacional logrará compensar el previsible encarecimiento del precio del petróleo, tras el acuerdo de reducir la producción de este, y los tipos de interés. Sin embargo, advierte de los riesgos que implica relajar la agenda reformista y hace hincapié en continuar con las reformas estructurales.  De cara a los próximos tres años, este organismo prevé que el PIB español crezca por encima del 2%, aunque con una desaceleración paulatina.

El Banco de España ha ofrecido las claves para que la economía española siga en la línea de crecimiento. Así, cree que la expansión debe apoyarse en los estímulos monetarios del Banco Central Europeo, en el desendeudamiento privado y en una mayor competitividad exterior.

Otras de las previsiones que ha lanzado el BE hace referencia al déficit público, que se situaría en el 4.4% del PIB a finales de año y decrecería en 2017 hasta el 3.6%. Una cifra por encima de lo estimado por el gobierno de Mariano Rajoy.

Uno de los temas que no ha dejado indiferente al Banco de España es la tasa de paro, que supone una amenaza para el crecimiento económico. Y que de no reducirse hasta el 14.5% en 2019, sería más difícil alcanzar los objetivos de crecimiento.

No solo el desempleo español supone un riesgo para España, sino que el BE ha señala otros factores que podrían poner en peligro la economía nacional, como las futuras citas electorales en Europa, como la francesa y la alemana, sobre todo con el auge de la extrema derecha en ambos países y la negociación del Brexit.