El Bundesbank recorta las previsiones de crecimiento e inflación de Alemania, aunque argumenta que la economía es más robusta de lo que sugieren los números.

El banco central alemán pronostica un avance del PIB del país del 1,7% este año, una rebaja de una décima respecto a la estimación de diciembre. También recorta las previsiones para 2017, hasta el 1,4%, desde el 1,7% precedente. El organismo añade que el crecimiento subyacente de la locomotora europea es en realidad más suave, del 1,6%.

En sus previsiones semestrales, el Bundesbank explica que “la actividad económica doméstica parece que va a seguir beneficiándose del fuerte crecimiento del empleo” impulsado por el empleo relacionado con los emigrantes europeos y un avance robusto de los ingresos. Adicionalmente, “en el año en curso, la demanda interna también está apoyada por la nueva caída en el precio del crudo”.

El Banco de Francia recorta previsiones de inflación

El alemán no es el único, el Banco de Francia también reduce su pronóstico de crecimiento económico para 2017, al 1,5% desde el 1,6% estimado en diciembre. El motivo es que espera un comercio más débil. Para este año, y a pesar de que el avance del PIB ha sido mejor de lo esperado en el primer trimestre, mantiene su previsión en el 1,4%.

El organismo reduce su pronóstico de inflación más bruscamente. Prevé un IPC armonizado en el 0,2% este año y el 1,1% en 2017. Estas previsiones rebajadas reflejan la debilidad de los precios del petróleo y la incertidumbre sobre las perspectivas de la economía mundial, que enfrían a las economías de la eurozona en un momento de crecimiento débil. A pesar de ello, Francia espera que el gasto del consumidor, más fuerte del esperado, y la inversión pública, compensen la debilidad del entorno internacional.