El Canal de Panamá ya ha comenzado a restringir el calado de los buques. Una medida que surge a raíz de la fuerte sequía ocasionada por El Niño. El fenómeno ha provocado que los lagos que surten al Canal se encuentren por debajo de los niveles que se esperan en esta época.

Aunque Panamá no es la única afectada por la naturaleza. Venezuela también se enfrenta a una grave sequía que ha empeorado la situación de su crisis energética hasta tal punto que ha tenido que tomar medidas desesperadas como que los funcionarios sólo trabajarán dos días a la semana: lunes y martes.

Sin embargo, la medida panameña es la primera de tres restricciones anunciadas por la Autoridad del Canal. Por el momento, el calado máximo permitido será de 11’89 metros en agua dulce tropical. Por cada 15 cm, el buque tiene que llevar menos carga para no hundirse tanto en el agua. Se espera una medida similar para el 29 de este mes y otra para el 9 de mayo, aunque posiblemente ambas se retrasen un poco más.

El Canal de Panamá es una de las mayores obras de ingeniería de la historia y ha sido considerada como la octava maravilla del mundo. Su importancia radica en que un 6% del comercio mundial pasa por allí.

Desde su inauguración el 15 de agosto de 1914, el Canal de Panamá ha permitido impulsar el crecimiento de muchos países gracias al atajo que ofrece entre el océano Atlántico y el Pacífico, una vía más corta, cómoda y económica que la que proporcionaba antiguamente el cabo de Hornos, al sur de Chile. Sobre todo porque navegar en esas aguas se considera todo un reto náutico, debido a sus aguas peligrosas.

Desde el año 2007, el Canal de Panamá se encuentra en plena ampliación, un programa que incluye varias partes: la más significativa, es el Tercer Juego de Esclusas,  un proyecto bajo la batuta de la española Sacyr. El objetivo de la ampliación es aumentar la capacidad actual del canal para satisfacer el crecimiento de la demanda.

 

IMAGEN: Flickr/Bernai Velarde-Light Seeker