Este control de capitales ya se aplicó en 2013 en Chipre para evitar una fuga masiva de dinero cuando la isla negociaba un rescate.

Esta medida, que afectó a la isla durante dos años, no se había aplicado hasta la fecha en la Unión Europea. Hace dos años Chipre estaba al borde de la suspensión de pagos y el gobierno de Nicosia cerró todos los bancos durante cerca de dos semanas, prohibió transferencias por internet y limitó las retiradas de dinero con tarjeta.

Cuando se reabrieron las entidades, se impusieron fuertes restricciones sobre los movimientos de capitales. Chipre finalmente aceptó la liquidación de su principal banco y retiradas del 47,5% de los depósitos por encima de 100.000 euros en la segunda entidad del país.

Los ciudadanos no podían sacar más de 300 euros al día ni abrir una cuenta bancaria. Hasta abril de este año, los chipriotas no han recuperado la libertad de movimientos financieros internacionales.