La administración Obama ha denunciado un ataque de piratas informáticos contra la agencia que recopila la información personal de los trabajadores federales. Ha puesto en riesgo datos de unos 4 millones de empleados en funciones y retirados. Las autoridades sospechan que el ataque procede de China, algo que ha rechazado la embajada de Pekín en Washington. Aunque se ha dado a conocer ahora, la incursión de los hackers se habría producido en diciembre. Hasta el momento, todavía no se conocen con claridad los detalles del ataque. Tampoco se sabe qué han robado los hackers exactamente. Podría tratarse de información sobre el número de la seguridad social, que sirve para realizar todo tipo de gestiones de la vida cotidiana.

Esta es la tercera intrusión extranjera a gran escala en un sistema informático federal en el último año. El número de personas afectadas tiene pocos precedentes en el Gobierno federal pero no el sector privado. Un ataque al banco JP Morgan, en 2014, comprometió las cuentas de 76 millones de clientes privados y de siete millones de pequeñas empresas. El mismo año, un ataque a la cadena de comercios Home Depot afectó a 56 millones de tarjetas.

“La OPM es un objetivo de alto valor”, dijo a The Washington Post Donna Seymour, jefe de información de la OPM. “Tenemos gran cantidad de información sobre funcionarios y eso es algo que nuestros adversarios quieren”.

La OPM, una especie de agencia de recursos humanos del Gobierno federal, avisará a los empleados cuyos datos pudieran estar en riesgo. Entre las tareas de la OPM figura verificar los antecedentes de los funcionarios antes de contratarlos, el pago de las pensiones y la formación continua de los empleados.