El oro es el activo refugio por excelencia. Sin embargo, a la hora de invertir en este metal precioso pueden asaltarnos varias dudas: ¿Qué parte de mi patrimonio debo invertir en oro? ¿Qué características debe tener un lingote o una moneda oficial? ¿Dónde guardo el oro físico? Son algunas de las cuestiones que abordamos con Degussa.



La inversión en oro puede hacerse a través de monedas o lingotes. Eso sí: ambos deben ser productos oficiales. En el caso de los lingotes, deben reunir cinco características: debe figurar el nombre del fabricante, qué contiene (oro fino), la ley, el peso y el sello de la organización de fundidores, es decir, la London Bullion Market Association (LBMA).

Y es que la London Bullion Market Association es la principal asociación de profesionales del mercado que operan con oro y plata. Esta asociación es la que regula los requisitos de calidad de los lingotes. Su sello “Good Delivery” es un sello de calidad internacional que garantiza que los lingotes cumplen las características estampadas, como la pureza y el peso.

El oro de inversión no está sujeto al IVA. Es decir, si un inversor compra oro físico no paga este impuesto. Aunque la numismática, es decir, la colección de monedas, es un caso aparte. Las monedas de numismática sí tributan el IVA, un 21% en el caso de España.

Desde el punto de vista fiscal, debemos tener en cuenta que sólo está exento de IVA el oro de inversión, tanto en lingotes como en monedas. Pero los productos de otros metales sí están sujetos a este impuesto.

Y una vez ya tenemos claro todo esto, nos asalta otra duda: ¿Qué hago con el oro? ¿Dónde lo guardo? La primera opción que nos viene en mente es guardarlo en casa, aunque lo recomendable es guardarlo en cámaras de seguridad.

En lingotes o monedas, el oro es un valor refugio en épocas de volatilidad e incertidumbre. Y por ello es recomendable hacerle un hueco en nuestra cartera de inversión.