La primera compraventa con bitcoins, en 2009, supuso la entrega de 10.000 criptomonedas a cambio de unas pizzas. Hoy el valor de un solo bitcoin supera los 4.000 dólares: ¿otra burbuja tecnológica o la moneda del futuro? Esa es la pregunta que @creditoycaucion ha lanzado durante las últimas dos semanas a las casi 8.000 cuentas de twitter que siguen sus contenidos y a los economistas, catedráticos, analistas, directores de comunicación y periodistas económicos que forman parte de la comunidad #twecos.

Los twitteros económicos se muestran divididos en torno al futuro de la principal criptomoneda. Un 38% considera que estamos ante una burbuja como la que estalló con los bulbos de tulipán del siglo XVII frente a un 26% que cree que estamos ante la moneda del futuro que continuará apreciándose. Un significativo 35% tiene una opinión mixta: la volatilidad del bitcoin no está reñida con el hecho de que su tecnología puede ser la base de las monedas del futuro.



La comunidad #twecos está formado por tres círculos: el exterior de prescriptores denominado #twecos 500, cuya opinión es la base para detectar las cuentas personales más influyentes en Twitter; el círculo intermedio de los finalistas #twecos, compuesto por cuentas emergentes o con niveles significativos de influencia; y las cuentas #twecos, que presentan elevados niveles de notoriedad y seguimiento.

Creada en 2009, Bitcoin supuso la primera moneda criptográfica sin necesidad de un banco central emisor. Para el usuario común, bitcoin es un monedero personal, a través de una aplicación móvil o de escritorio, que permite al enviar o recibir criptomonedas de otros usuarios. Al ser una red descentralizada, nadie es propietario de los permisos para unirse y nadie tiene la capacidad de impedir, modificar o eliminar una transacción. La fortaleza del sistema está en blockchain, un código fuente abierto que permite consolidar y difundir cada suceso contable. Todos los usuarios, a través de una red descentralizada, comparten este registro histórico de todas las transacciones producidas y bitcoins creados desde 2009.

La autenticidad de las nuevas transacciones que se van añadiendo a la cadena está protegida por firmas digitales correspondientes a las direcciones de envío. Quienes ceden su capacidad computacional al servicio de la red para procesar estas nuevas transacciones y asegurar la red usando un hardware especializado (un proceso denominado minería) se reparten los nuevos bitcoins que se crean a una velocidad predecible y decreciente para que la cantidad de bitcoins en circulación nunca exceda de los 21 millones.