Chile vive desde el viernes intensas jornadas de protestas en diferentes lugares del país, que han dejado al menos ocho muertos. Todo comenzó cuando el gobierno de Sebastián Piñera anunció una subida en el precio del boleto del metro, uno de los más caros de la región.

Desde entonces, se desató una crisis que derivó en decenas de manifestaciones violentas en las que se registraron saqueos en supermercados, incendios en automotoras, y quemas a las estaciones de metro. Ante este escenario, el gobierno decretó el estado de emergencia y hasta ordenaron en la tarde del sábado, un toque de queda en la capital del país.

“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite”, declaró este domingo el mandatario de Chile, quien prepara un plan para mitigar las protestas.

Si bien en la noche del sábado el presidente anunció la suspensión del alza en la tarifa del metro, no fue suficiente para frenar el caos en el que ya se veían sumidas varias ciudades chilenas. Las autoridades además extendieron el toque de queda en las regiones de Concepción, Valparaíso, Coquimbo, La Serena y en Rancagua.

La reacción a la subida del precio del metro se explica a través de un contexto de desigualdad en el que los chilenos dicen sentirse abusados del alto costo de vida del país. En este sentido, los analistas aseguran que la subida de la tarifa es solo “la punta del iceberg”.

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Un país desigual

Según reveló el último informe de Panorama Social de América Latina elaborado por CEPAL, el 1% más adinerado de Chile se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país.

Además, el sueldo mínimo en Chile es de $301.000 (380 euros), mientras que según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, la mitad de los trabajadores en ese país recibe un sueldo igual o inferior a los $400.000 (504 euros) al mes. Según los manifestantes, con este salario es inconcebible un alza en la tarifa del metro.

En este sentido, un reciente estudio de la Universidad Diego Portales asegura que hay familias de bajos recursos que pueden gastar casi un 30% de su sueldo en transporte, mientras que dentro del nivel socioeconómico más rico, esta cifra se posiciona en el 2%.

Por ello, hay quienes consideran que la desigualdad es un problema estructural del sistema socioeconómico del país. “No es un misterio que Chile es un país muy desigual a pesar de que hay mucho menos pobreza que antes", dijo a la BBC Cristóbal Bellolio, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Críticas al gobierno

Desde que comenzaron los disturbios en Chile, se critica la respuesta del gobierno. Por un lado, se ha dicho que no hubo explicaciones claras sobre el alza de la tarifa. Además, se ha cuestionado que las autoridades no lograran abordar el fondo del petitorio y que hayan calificado a los manifestantes de “delincuentes” en repetidas ocasiones.

Uno de los episodios que más hizo enojar a los manifestantes fue que mientras se incendiaban varias estaciones de metro, se vio a Piñera cenando en un restaurante de Vitacura, uno de los barrios más ricos de Santiago, en lugar de atender la situación.