Las previsiones apuntan a que el presidente estadounidense centrará el discurso en el conflicto ucraniano-ruso. Se dirige a la nación en un momento crucial porque esta guerra le ha obligado a dar más peso a la política exterior en su discurso y pone a prueba una de las grandes promesas de Biden: ser el campeón de las democracias contra los regímenes autoritarios.

El demócrata tiene previsto hablar sobre la evolución de la economía estadounidense y la pandemia de coronavirus, mientras presiona al Congreso para que reviva su agenda de política interna, que se encuentra estancada.

Se espera que resalte "la importancia de que Estados Unidos sea un líder en el mundo", según la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

El discurso es clave porque sirve para abordar las cuestiones que más importan a los ciudadanos y para dibujar las medidas que su Gobierno quiere adoptar en los próximos meses. Además, es el momento perfecto para promocionar los logros de su administración e impulsar sus propios índices de aprobación.

La economía en el punto de mira

Es una de las mejores oportunidades que tiene el presidente para informar sobre el estado de la economía estadounidense y delinear las medidas que se quieren adoptar en los próximos meses.

Al mismo tiempo, el mandatario quiere dar prioridad al tema que, según las encuestas, preocupa más a los votantes estadounidenses y puede afectar su voto en las elecciones de medio mandato en noviembre: la economía.

Biden se centrará en la defensa de sus políticas a nivel nacional, en una coyuntura en la que los estadounidenses están preocupados por la inflación, que en enero se disparó hasta el 7,5 %.

El plan que va a hacer oficial este martes consistirá en cuatro pilares: fabricar más en Estados Unidos y fortalecer las cadenas de suministro; reducir el déficit; promover "una competición más justa" para rebajar los precios; y eliminar las barreras que impiden el acceso a empleos bien pagados.

En concreto, serán medidas prácticas que buscan reducir los costes para las familias, incluido el precio de los medicamentos, las primas de seguros de salud y los costes de la energía y el cuidado infantil.

Además, se espera que anuncie nuevas medidas para mejorar las condiciones en las residencias para la tercera edad, como el establecimiento de un mínimo de personal con el que deben operar.