Hermetismo y rapidez son dos de los términos que más definen la profesión de doblador de ficción. La gran cantidad de producciones, los ajustados tiempos y sobre todo el secretismo han cambiado los hábitos de los actores de doblaje. Hablamos con dos de las voces más reconocidas por los seriéfilos españoles, Pilar Martín y Eduardo Bosch o lo que es lo mismo los actores de doblaje de Arya Stark y Jon Snow.

"No sé lo que le pasa a Jon Snow"

Para Eduardo lo bueno y lo malo de las nuevas plataformas es que cada una ha impuesto unas normas distintas, y bajo su criterio, “algunas son acertadas y otras discutibles”. El volumen de trabajo es mayor, ya que existe una gran afición a la ficción pero el trabajo está más repartido.

Pilar Martín señala que los tiempos son muy diferentes dependiendo de una serie a otra. En el caso de Juego de Tronos la serie en español va muy pegada al estreno americano y eso implica mucho trabajo en poco tiempo. Uno de los problemas al que se enfrenta la profesión es que no se adoptan las tarifas a los contenidos “cobramos lo mismo por Juego de Tronos que por Cómo conocí a vuestra madre”, señalan.

Los dos actores coincidieron también en el reparto de 'Como conocí a vuestra madre', la ficción estadounidense a la que muchos compararon con Friends, y ambos encuentran muchas diferencias entre una serie y otra. Eduardo señala que en 'Como conocía vuestra madre' todos los actores doblaban a la vez, juntos en el estudio compartiendo micrófono, “era una serie entre amigos, fue muy divertido, con muchas risas”.

En 'Juego de tronos' todo es diferente, cada actor dobla su personaje individualmente sin un guion completo del capítulo, “así yo no me entero de lo que le pasa a Jon Snow”, dice Pilar. Sin embargo antes esto no era así, “nosotros sabíamos quién era la madre de los hijos Ted Mosby, pero no se nos ocurriría contar nada, lo tenemos por contrato y por responsabilidad profesional”, matizan.

Eduardo confiesa que les gustaría que se reconociera la profesión, “por una cuestión no solo idiomática sino social y como parte de la cultura de nuestro país, a veces nos tenemos que defender de estar destrozando las películas cuando nuestro espíritu es dar todo lo mejor de nosotros” concluyen.