La contracción de la economía japonesa en el trimestre abril-junio, es menor que el 2% previsto por los analistas. Además del comportamiento doméstico, la desaceleración de China ha tenido un impacto negativo para Japón. El país espera un crecimiento muy moderado para el periodo Julio-septiembre de este año.
El consumo privado, que representa casi un 60% de la economía nipona, retrocede un 0,8%. Es el doble de lo esperado por analistas. El incremento de los impuestos para las ventas provoca una caída del consumo personal. Así, las familias gastan menos en ropa y calzado, aire acondicionado y ordenadores personales. Además, las exportaciones a Asia y EEUU se hunden, tras una caída de la demanda externa del 0,3%.
El ministro de economía del País Akira Amari, responsabiliza de este menor consumo a factores como el mal clima y espera una recuperación en el siguiente periodo del año, mientras descarta medidas adicionales.
Los economistas ya han recortado fuertemente sus proyecciones de crecimiento para el actual año fiscal. Esperan que la banca japonesa expanda aun más su política monetaria cuando revise sus proyecciones a largo plazo en octubre.
Es el segundo año consecutivo en el que se estanca la economía de Japón, tras el freno del consumo en 2014.
EL PIB de Japón se contrae un 1,6%
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