En la subasta de esta mañana, el Tesoro español ha colocado 3.416 millones de euros. El objetivo máximo previsto era de 4.000 millones de euros.

Tal y como se esperaba, ha vuelto a rebajar los costes de financiación, en esta ocasión en activos a largo plazo. Ha vendido 1.032 millones de euros en obligaciones a 30 años con una rentabilidad que ha caído por debajo del 3%. Los ha colocado a un tipo medio de 2,88% frente al 3,217% de la anterior subasta.

En los activos con vencimiento en 2025, el tipo medio ha descendido ligeramente hasta el 1,74% frente el 1,76% de la anterior. Y en los activos con vencimiento en 2019, ligado a la inflación, el tipo medio ha sido del -0,251% frente al -0,286%.

En los tres casos, los ratios de cobertura han repuntado. En el caso de los bonos ligados a la inflación la demanda ha superado en casi 3 veces la oferta.