Freixenet ha retrasado la reunión del consejo de administración que debía decidir sobre la oferta de venta de la empresa al grupo alemán Henkell por la muerte de Carmen Ferrer, hija de los fundadores y madre de Enrique Hevia, vicepresidente de la compañía.

El consejo del principal productor de cava español tenía que estudiar hoy la oferta presentada por Henkell para tomar el control de la compañía. La oferta cuenta con el apoyo de Enrique Hevia y sus hermanas y de parte de los miembros de la familia Bonet. Pero necesita alcanzar la mayoría de capital y, el socio mayoritario, la familia Ferrer, está en contra.

En un contexto de caída de la rentabilidad del grupo, que en el último ejercicio logró un beneficio de 2,2 millones de euros, los actuales propietarios de Freixenet, los Ferrer, los Hevia y los Bonet, deben enfrentarse a esta situación divididos y amenazan con romper la estabilidad accionarial que hasta ahora había regido la gestión de la empresa.

SOCIO A SOCIO

Los Ferrer, son los socios mayoritarios con el 42% de la empresa. José Ferrer Sala es el presidente de honor de la compañía, mientras que su hijo Pedro es el consejero delegado y su otro hijo, José María, el director comercial. Por otro lado, está la familia Bonet-Ferrer que tiene en José Luis el presidente de Freixenet, su principal representante. Los Bonet tienen una participación del 29%, la misma que controla la familia Hevia-Ferrer, liderada por Enrique Hevia.


Los Hevia estarían dispuestos a vender su participación en Freixenet, una opción a la que podrían sumarse los hermanos Bonet (José Luis, Pedro, Eudald y Pilar). Estas dos familias suman un 58 % del capital, lo que daría a Henkell el control de la compañía. Sin embargo, no está claro que los Bonet se desprendan de todo su paquete accionarial, ya que los hermanos José Luis y Pilar han mostrado sus reticencias a la operación.

Los únicos que por ahora se han pronunciado en contra de vender a Henkell han sido los Ferrer, que están dispuestos a utilizar su derecho de tanteo ante cualquier propuesta de compra e igualar la oferta de la multinacional alemana con el objetivo de mantener su posición de control en la empresa. No obstante, los Ferrer se enfrentan a un desafío importante, y es que requieren de financiación externa para poder comprar las acciones de sus familiares. Algunas fuentes apuntan a que ya estarían negociando un crédito de más de 100 millones con un banco español para financiar la operación.

(FOTO: www.flickr.com)