La economía española crecerá un 2,8% este año y un 2,4% en 2019, unas tasas de crecimiento que permitirán crear 850.000 empleos durante estos dos años. Según las previsiones de Funcas, el número de ocupados aumentará un 2,4% este año, una décima más que en la previsión anterior, y un 2,1% en 2019. Esto supondría que para finales del próximo ejercicio habrá cerca de 20 millones de ocupados, unos 600.000 menos que antes de la crisis, con lo que la tasa de paro descendería al 12,5%.

Funcas revisa al alza dos décimas su previsión de crecimiento del PIB para este año, impulsado por el crecimiento de la demanda interna, con una aportación de 2,6 puntos, frente los 0,2 puntos que aportará la del sector exterior. En este pronóstico, donde se ha trabajado con una hipótesis de normalización de la situación en Cataluña, el consumo privado acusará el agotamiento de la demanda embalsada durante la crisis, mientras que la inversión aumentará fruto de la recuperación del sector de la construcción. El director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres, explica que esa ralentización “se debe fundamentalmente a que el consumo se ajustará a las posibilidades de ingreso de los hogares”.

En 2019, el consumo continuará creciendo pero con una tendencia a moderarse, y la posible subida de los tipos de interés podría impactar en la inversión, sobre todo residencial. Precisamente la subida del precio del dinero impactará también sobre otros países europeos, por lo que se reducirá ligeramente la aportación del sector exterior, también afectado por los anuncios de nuevos aranceles desde Estados Unidos.

Durante el periodo la inflación evolucionará de forma moderada pese al reciente encarecimiento del petróleo. El IPC subirá en torno al 1,5% en 2018, lo que supone un recorte de una décima respecto al anterior pronóstico de Funcas, y un 1,3% en 2019.

Por otro lado, el déficit público se situará en el 2,2% este año, lo que permitiría a España salir del procedimiento de déficit excesivo todavía abierto con Bruselas. En 2019, esta magnitud bajaría ya al 1,8% del PIB y la deuda pública se situaría en el 94,8%.