El banco de inversión se ha deshecho de los cerca de 3.000 millones de dólares en bonos que compró hace un mes.

La oposición venezolana y algunos de los clientes más importantes de Goldman, habían protestado tras la compra de estos bonos venezolanos al considerar que se le daba preferencia a un Gobierno que está maltratando a sus ciudadanos. La operación resulta positiva para Goldman Sachs, que vende estos bonos, en su mayoría, a entidades y fondos de pensiones europeos.

Cuatro o cinco fondos de inversión en Londres y Nueva York compraron los bonos de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA (PdVSA) por alrededor de 32,5 centavos por dólar, algo más que los 31 centavos que Goldman pagó, según personas familiarizadas con el tema.

La entidad fue atacada por políticos venezolanos y manifestantes en Nueva York se opusieron al régimen dictatorial del presidente Nicolás Maduro por comprar 2.800 millones de dólares en bonos del gobierno. El banco japonés de inversiones Nomura Securities también compró bonos venezolanos por valor de 100 millones de dólares a principios de junio, como parte del mismo acuerdo en el que participó Goldman Sachs.

Julio Borges, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, solicitó la semana pasada a las autoridades estadounidenses que investiguen la transacción, señalando que es una estafa al país en beneficio de las élites políticas.

El propio Borges informó en una carta dirigida al presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, el pasado mes de mayo, que su intención era “recomendar a cualquier futuro gobierno democrático de Venezuela no reconocer o pagar estos bonos”.