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El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ya tiene en su mesa la petición griega para extender durante seis meses los préstamos del segundo rescate.

Atenas incorpora a su demanda varias condiciones, medidas económicas para obtener la aprobación de sus socios del europeos. Tanto la Comisión Europea, como el FMI y el Eurogrupo han pedido a Grecia la extensión completa del programa. No sólo los préstamos.

Dentro de las primeros detalles del acuerdo, Grecia lo reconoce como vinculante en contenido financiero y de procedimientos. También asegura que cumplirá con las condiciones financieras de sus acreedores. Asegura que evitará tomar medidas unilaterales que puedan afectar las metas fiscales, la recuperación económica y la estabilidad financiera. Grecia se compromete también a mantener un equilibrio fiscal durante el periodo de prórroga y a realizar reformas que eviten la evasión de impuestos y corrupción.

Presumiblemente, se ofrecería establecer una autoridad recaudatoria independiente. O crear un banco para el desarrollo que valore activos estatales pendientes de privatización para usarlos como colaterales junto al BEI para atraer fondos del sector privado. El documento remitido al presidente del Eurogrupo también incluiría un nuevo objetivo de superávit primario. No el 4,5% de la troika. Atenas propone un máximo del 1,5% para poder gastar hasta 5.500 millones de euros en políticas pro-crecimiento.

Hoy jueves un Euroworking Group analizará la propuesta. Y según la valoración, Dijsselbloem podría convocar para la próxima semana un Eurogrupo más allá de la reunión técnica de mañana viernes, que finalmente no será cara a cara.

Por otra parte, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo no ha discutido introducir controles de capital. Sale así al paso  de las informaciones del Frankfurter Allgemeine Zeitung que apuntaba a que el BCE estaría presionando al gobierno griego para que imponga controles de capital en el país ante la salida de depósitos de los bancos helenos.