Apenas 24 horas después de anunciar su carrera a la presidencia para 2016, Hillary Clinton ya hace cosquillas a los grandes empresarios.
Bajo la presión de la izquierda demócrata, Clinton avisa que su campaña será agresiva, en contra la desigualdad salarial. Dice que mientras hay familias que se enfrentan a momentos económicos difíciles, el CEO medio de los gigantes empresariales gana más de 300 veces lo que un trabajador regular.
El comentario, inesperado por al menos los progresistas, avisa que Hillary se aleja, al menos a primera vista, de la política económica centrista que seguía su Marido y ex presidente Bill Clinton.
La nueva candidata a la presidencia, escucha a partidarios de regulaciones más estrictas, como la senadora Elizabeth Warren, considerada una heroina de los liberal demócratas. Los progresistas acogen con los brazos abiertos estas iniciativas, pero no se confían y esperan a los detalles de la propuesta política de Clinton.
La desigualdad entre ejecutivos y trabajadores de las grandes compañías no ha parado de crecer desde el comienzo de la llamada crisis. En 1965 los grandes CEOs ganaban 20 veces lo que sus trabajadores, según un estudio de Economic Policy Institute. En 2013, este estudio afirma que los altos directivos ganaban hasta 300 veces lo que los trabajadores medios.
Esta política contra la desigualdad, se ha convertido en uno de los estandartes de los demócratas en los últimos años. El actual presidente, Barak Obama, apoyaba el cambio hacia una igualdad salarial, más equilibrada. Pero siempre con cautela de cara a las grandes compañías y sus ejecutivos.