La inmigración es uno de los aspectos en foco en la campaña electoral de Alemania. Y es que muchas personas emigran al país con la promesa de una vida mejor, pero pueden encontrarse con una fuerte barrera: el idioma. "En Alemania no se puede trabajar de carpintero o albañil sin conocer el idioma", señala Luis Ignacio Gómez, bioquímico, docente en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y fundador de la página Desde El Exilio.



De hecho, el idioma es uno de los focos principales en el proceso de integración en el país. Luis Ignacio Gómez pone en contexto lo que les ocurre a muchas mujeres: "no se integran en la sociedad alemana porque nunca llegan a aprender alemán".

La distancia hacia los extranjeros está más presente en el área de la Alemania oriental. "Una de las razones son las ayudas que se les da a los inmigrantes", apunta Jens Weidenbach, director general de Degussa en España. ¿El motivo? Estas ayudas generan envidia entre la población del este de Alemania, lo cual se convierte en rechazo.

"Si tú no encuentras trabajo, puedes recibir ayudas toda la vida, las suficientes para vivir de forma estable" señala Stefanie Müller, periodista económica alemana, corresponsal en España.

"Mientras la economía alemana vaya bien, la inmigración no será un problema especialmente ruidoso", opina Mikel Aguirre, jefe de riesgo político e individual en Coface en España y Portugal y profesor de Entorno Económico en IE Business School, quien señala que la cuestión ahora es si iremos a más Europa.