Carlo Cottarelli es el elegido para formar Gobierno en Italia. Atención, porque su apodo es "señor Tijeras", un nombre que se ganó a pulso en 2013 debido a los recortes que aplicó ese año cuando era comisario para la reducción del gasto público durante el mandato de Enrico Letta, predecesor de Matteo Renzi.

Según sus detractores, Cottarelli representa la cepa más dura de la casta económica. Representa los lobbies de las finanzas y los grandes bancos.

"Es uno de esos que te llena la cabeza con la idea de que hay que destruir la sanidad, la escuela para reducir la deuda pública", ha expresado el líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio.

Carlo Cottarelli lleva sobre sus espaldas el peso de una larga experiencia como alto funcionario en el Fondo Monetario Internacional. Entró en la sección de Europa en 1988 después de haber trabajado seis años en el sector monetario y financiero del Banco Central de Italia. En el FMI ocupó el cargo de Director de Asuntos Presupuestarios, aunque también trabajó en algunos programas de asistencia para economías con dificultades. Desde 2014 hasta 2017 Cottarelli ha sido director ejecutivo de la organización financiera para Italia, Grecia y Malta.

El Presidente de la República, Sergio Mattarella, es quien ha encargado a Cottarelli formar Gobierno después de que ayer Giuseppe Conte renunciase a ser primer ministro. El jurista tomó esta decisión después de que Mattarella rechazase a su candidato a ministro de Economía, Paolo Savona, por su postura contraria al euro.

Las agencias Moody's, S&P y Fitch consideran que la pertenencia de Italia a la moneda única es un factor clave que respalda su calificación.

Italia posee la tercera mayor deuda pública del mundo, con un total de 2’3 billones de euros a finales de marzo. Sólo este año, el Tesoro de Roma planea emitir entre 240.000 y 250.000 millones de euros en bonos.

Moody’s califica la deuda italiana como Baa2 y no descarta rebajarla a Baa3 según cómo avance el pacto gubernamental entre el Movimiento 5 Estrellas y La Liga. De esta forma, la deuda italiana se colocaría a sólo un nivel por encima de bono basura.