Según los datos del pasado mes de octubre del FMI, Irán creció a una tasa del 12,5%, mientras que su tasa de desempleo llegó al 12,45% y la inflación cayó al 9,03%. “La verdad es que si nos fijamos en las cifras macro no nos llevaría a pensar en un descontento social”, señala en Capital Radio Javier Albarracín, consultor económico en la zona.



En los últimos días, miles de jóvenes se han levantado contra el establishment iraní. Un movimiento donde el 90% son jóvenes. “La aceptación del régimen actual y que la etapa del Shá era más corrupta les parece prehistórico”, añade Albarracín. “Ellos viven su día a día y es mucho más complicado”.

Las últimas reformas económicas del país asiático han tratado de mejorar el acceso de los más desfavorecidos a los bienes básicos, “pero lo que ha provocado es que el establishment político y religioso vivan mejor gracias al crecimiento económico, mientras que el resto de la población tiene una gran dificultad para acceder al mercado laboral”, puntualiza el consultor económico en Capital Radio.

Con más de 80 millones de personas, Irán tiene “una disparidad brutal de salario entre la población”. El salario mínimo del país, cuyos últimos datos recopilados son de 2011, alcanza los 240 euros mensuales, mientras que “la hiperestructura política estatal cobra cerca de 30.000 euros”.

Un descontento con la situación económica del país que mezclado con el acceso a la tecnología, -“el 60% de la población iraní tiene menos de 30 años”- recalca Albarracín, ha provocado importantes disturbios en varias zonas del país. Aunque el Gobierno iraní ha restado importancia de unas movilizaciones que ya han dejado más de 20 muertos y un millar de detenidos en la última semana.

No obstante, el jefe de los Guardianes de la Revolución, el general Mohamad Ali Jafari, ha anunciado este miércoles “el fin de la sedición”. Estas revueltas han quedado lejos de las vividas durante 2009, debido “a la espontaneidad del movimiento y a la falta de liderazgo”, apunta el experto en Capital Radio.