El PIB de Brasil se contrae un 4,5 por ciento en el tercer trimestre en relación al mismo periodo del año anterior. Mucho peor de lo esperado. La séptima economía del mundo cae un 1,7% en ese tercer trimestre respecto al segundo. En lo que va del año el PIB acumuló una contracción de 3,2%, el peor nivel desde 1996 cuando se comenzaron a contabilizar las cuentas de forma trimestral.

Las perspectivas no son alentadoras: la inflación continúa en alza y ha comenzado a ejercer presión en el consumo en los hogares. Las familias redujeron su consumo un 4,5% durante el tercer trimestre comparado con el mismo período del año anterior. La inversión y las exportaciones también cayeron.


Los resultados también muestran cómo la caída de los precios de los productos básicos a nivel mundial sigue afectando a Brasil, ya que el sector agrícola generó un 2,4% menos que los tres meses anteriores. La profunda desaceleración de la actividad manufacturera de 3,1% confirma un panorama poco alentador para la industria brasileña.

Al menos también se ha conocido que Brasil acumula en los primeros once meses un superávit comercial de casi 13.500 el mejor resultado desde 2012. Aunque las ventas de coches han caído en noviembre cerca de un 34 por ciento menos que en el mismo mes de 2014, si bien se produjo una mejora en relación con octubre.

Los datos de la Federación Nacional de Distribución de Vehículos Automotores (Fenabrave) muestran una considerable caída de las ventas (medidas por la expedición de matriculas) en relación con noviembre del año pasado, cuando se llegaron a matricular 294.636 unidades, lo que atribuye la patronal a la "volatilidad del mercado" brasileño.