2018 marca un punto de inflexión para el mercado de renta fija. El posicionamiento de las economías en el ciclo, el cuestionamiento del impacto de la política fiscal de Donald Trump, así como el aumento del gasto doméstico en Estados Unidos y militar o los aranceles impuestos por su administración hacen que el momento se complique para este tipo de activos.

Según el informe de Amundi “Repensar la inversión en renta fija cuando el dinero fácil está llegando a su fin”, los bancos centrales han comenzado a eliminar la excesiva acomodación de la política monetaria, aunque a diferentes velocidades. El pico de liquidez que han favorecido abre la puerta a un nuevo entorno con diferentes escenarios de mercado.

En este contexto, “la asignación de renta fija sigue siendo clave para diversificar la exposición global al riesgo de una cartera equilibrada, especialmente en un momento de aumento del riesgo”. Por ello, Amundi recomienda a los inversores en bonos adoptar un enfoque global diversificado y complementar la asignación básica de renta fija con soluciones específicas para cada objetivo.

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En este informe, la gestora augura al menos dos subidas más de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos en 2018, “con la posibilidad de ver un aumento de la presión sobre la inflación”. El Banco Central Europeo mantendrá durante más tiempo su postura flexible, pero “pondrá fin al Programa de Adquisición en el cuatro trimestre de 2018”. Mientras que el Banco de Japón elevará el objetivo sobre el rendimiento del bono japonés  a 10 años -referente de los tipos a largo plazo en el país- y el Banco de Inglaterra subirá los tipos de interés una vez en 2018, como consecuencia de una mayor inflación”. Amundi explica que “eso significa que el pico de liquidez ha quedado atrás”.

En cuanto a los mercados de renta fija, esto también significa un entorno desafiante y, además, implica que la selección de sectores y empresas será cada vez más importante ya que pueden surgir escenarios alternativos. La ampliación del ciclo en Estados Unidos, gracias al impulso fiscal que podría seguir beneficiando al mercado crediticio y conducir a una “subida suave de los tipos de interés a largo plazo”; y por otra parte, una aceleración de la inflación, debido al recalentamiento de la economía o como consecuencia del aumento del riesgo geopolítico que podría penalizar el sobreendeudamiento.

Por ello, Amundi recomienda a los inversores repensar su enfoque en renta fija y aprovechar al máximo los mercados de crédito maduros, buscar fuentes adicionales de diversificación o gestionar el riesgo de liquidez.