Los ministros de Exteriores de la OTAN se reúnen en Bruselas desde ayer para discutir la adhesión de Montenegro, el papel de la OTAN en Afganistán y en la lucha contra el Estado islámico en Siria e Iraq, donde aumenta la tensión, sobre todo entre Rusia y Turquía. Es precisamente el incidente del avión entre estos dos países lo que no ha gustado a los aliados de la Alianza, teniendo en cuenta el contexto internacional en Siria.

Si hoy la OTAN invita a Montenegro a unirse a sus filas, 16 años después de los bombardeos en la guerra de Kosovo, ampliando su influencia hacia el este; ayer extendía su acción en Afganistán. Se amplía su presencia en la región durante 2016 con 12.000 tropas y un programa de apoyo económico de 450.000 millones de euros al año hasta el final de la década. Pero la Misión en este país no es nueva y el grado de éxito varía con los años, al mismo tiempo que cambia el propio papel de la OTAN.

El profesor y experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, Javier Morales, explica que "los hechos nos obligan a abandonar la política de bloques" asentada durante la Guerra Fría. La evolución del mapa geopolítico altera la realidad de la OTAN y, sin embargo, continúa presente cierta cultura de bloques. ¿Cuál es el futuro de la Alianza Atlántica?

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