El terrorismo yihadista radical cambia de estrategia en la lucha por extender sus ideas, a golpe de atentado, por todo el mundo. Un cambio que se está sintiendo especialmente en Europa y -después de los atentados en los últimos tiempos en Francia, Alemania y Niza- tiene su reflejo en lo sucedido en Londres.

Dos días después de que un hombre arrollara a la multitud en el Puente de Westminster y apuñalara a un policía llevándose, al menos, cuatro vidas por delante, la investigación policial aún está dando sus primeros pasos. El autor del ataque nació en Reino Unido como Adrian Russell Ajao para convertirse después al Islam bajo el nombre Khalid Masood. Tenía 52 años, edad que prácticamente duplica la media del perfil terrorista responsable de los últimos ataques similares. Aunque estaba en el radar de los servicios de inteligencia británicos por tener un amplio historial delictivo y se sospechaba que podía tener vínculos "extremistas", se le consideraba una amenaza menor.

Sam Westrop, experto en contraterrorismo en Londres y director del Foro para Oriente Medio, con sede en Boston, explica en Información Capital que el grupo terrorista Estado Islámico está siguiendo en Occidente los últimos pasos de Al Qaeda. El grupo de Bin Laden empezó a cambiar bombas por coches en sus últimos años de relevancia, con el objetivo de alcanzar al mayor número de personas posibles, gastando los mínimos recursos y de la manera más disimulada posible.

"Esta es la nueva norma y es terrorífica porque es difícil protegerse frente a ella", explica Westrop, "la policía debe estar preparada para los ataques terroristas del futuro, frente a las dramáticas explosiones que hemos visto en el pasado."

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