Como si fuera el último partido de liga y se jugaran la liga el Madrid y el Barça. Así fue de atípica la reunión del Cercle de Economia en Sitges. El Parlamento hacía de Bernabéu y el Meliá Sitges de Camp Nou. El móvil se convertía en el nuevo transistor. Y entre los pasillos, mucha expectación para ver si finamente Rajoy dejaba de ser Presidente del Gobierno.

En el fondo, la situación de Cataluña, el proceso de ruptura y la eterna pregunta de cómo se reconduce esto. Horas después de saber que Rajoy ya no sería Presidente tras la moción de censura, los empresarios catalanes ya decían abiertamente entre los pasillos de Sitges que se abría un tiempo nuevo que permitiría tender puentes para que la ruptura que hoy se vive en Cataluña pudiera acabarse y tener una situación de convivencia normal otra vez.

Todavía sin plantearse la salida a los lazos amarillos, en formato de indulto, o si se volvería al estatuto de 2006 o si la propuesta del Cercle, lanzada premonitoriamente antes de la reunión era el camino intermedio para conseguirlo. Quim Torra había aparecido en el inicio de las sesiones con un discurso duro que sentaba las bases de la posición del govern ante cualquier negociación. Los empresarios piensan que esa postura tan dura obligará a Sánchez a hacer cesiones fuertes para poder reconducir la situación actual.

Donde había total coincidencia es que el principal problema al que se enfrenta el país está precisamente en Cataluña y no en Madrid, aunque parte de la partida se juegue en la capital de España. La mayoría de los empresarios, además, restaban importancia a la moción de censura, al impacto que pudiera tener en mercados o en la economía, porque piensan que al final es un proceso marcado en la Constitución y con pocas repercusiones. En la cabeza, otra vez, la situación que se vive en Cataluña y la activación del 155 hace meses.

El más activo fue el ex presidente del Círculo, Antón Costas, quien apuntaba que la moción va a tener muy poca influencia en la economía y que, a cambio, va a abrir un nuevo marco de diálogo que permitirá afrontar la situación catalana. Mientras otros empresarios apuntaban que les preocupaba más la situación exterior, como por ejemplo en América Latina, donde se tienen muchos intereses puestos por empresas catalanas, más, en algunos casos, que en España.

Expectación por lo que pueda pasar con trasfondo de optimismo. "El cambio sólo se puede producir, cuando algo cambia. Pues por fin lo tenemos aquí.", comentaba uno de los empresarios.