Los precios del West Texas, el referencial estadounidense de crudo, retroceden desde máximos de dos años, ya que la preocupación por un sobreabastecimiento global que aplacaba los efectos en el mercado del cierre de un importante oleoducto en Norteamérica.

El precio del West Texas se ha visto impulsado en las últimas horas por el cese del oleoducto Keystone, que tiene capacidad para transportar 590.000 barriles por día y conecta los yacimientos de Canadá con los centros de refinación de Estados Unidos. El cierre del ducto la semana pasada debido a un derrame elevó los precios del barril a máximos desde junio de 2015.

Pero la creciente actividad estadounidense ha renovado la preocupación sobre el exceso de suministro global. La producción en Estados Unidos ha crecido un 15% desde los niveles de mediados de 2016. Estados Unidos, previamente el mayor importador de crudo, ahora es uno de los principales exportadores mundiales, detrás de Rusia y Arabia Saudita.

En tanto, la OPEP se reúne el 30 de noviembre y se espera que extienda la vigencia de un pacto de reducción al bombeo. Arabia Saudita está presionando para que el acuerdo se prorrogue por nueve meses pero Rusia declaró el jueves que los recortes habían afectado su economía.

No obstante, el mercado petrolero ha encontrado apoyo en la reducción de los inventarios en Estados Unidos, que en la semana al 17 de noviembre perdieron 1,9 millones de barriles a 457 millones de barriles. Las existencias han bajado un 15% desde los máximos de marzo a niveles bajo los de 2016.