"Nadie quiere un buen acuerdo más que yo. Pero la Unión Europea debería ser clara. No voy a anular el resultado del referéndum ni voy a romper mi país. Necesitamos un compromiso serio para resolver los dos mayores problemas en la negociación y nosotros estamos listos".

Así se ha pronunciado la primera ministra británica, Theresa May, sobre el Brexit un día después de que los líderes de la Unión Europea hayan rechazado sus planes durante la cumbre informal en Salzburgo para tratar los principales aspectos de la agenda europea. Los principales rotativos británicos hablaban de una "humillación" a May.

"Un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo", ha reiterado la ministra, quien ha dejado muy claro que no va a aceptar nada que amenace su unión con Irlanda, principal escollo en sus negociaciones con la Unión Europea.

Son dos los problemas que amenazan las negociaciones entre Reino Unido y la UE. El primero, la relación económica con el bloque. Aquí, la UE ofrece dos opciones: seguir dentro de su mercado con sus tribunales y sus regulaciones o estar fuera, manteniendo a Irlanda del Norte dentro. Una propuesta que el Parlamento británico ya rechazó de forma unánime.

El segundo problema atañe al backstop sobre Irlanda que proteja su estatus actual. El bloque sólo propone que Irlanda del Norte profundice en el mercado único, pero la idea de una frontera con Irlanda del Norte dividiría Reino Unido.

Theresa May pide respeto, porque de ello depende salir de este proceso con una buena relación entre ambas partes: "En esta etapa de las negociaciones sencillamente no es aceptable que se rechacen las propuestas del otro sin explicaciones detalladas ni ofrecer contraofertas", ha sentenciado.