El BCE anunciará una reducción de su compra de deuda este jueves. Ésa es la expectativa que mantienen muchos analistas. En general, se espera que el banco central reduzca el importe del QE a 40.000 millones de euros al mes, lo que supone un recorte de 20.000 millones mensuales.

El tiempo apremia y el BCE recibe constantes presiones para poner fin a su programa de compra de bonos ante las mejores condiciones económicas de la eurozona. Un bloque que goza de su mayor impulso en la última década pero que a su vez no se deshace de la sombra de la inflación: una inflación al 1’5% que sigue por debajo del objetivo del BCE, del 2%. Y las perspectivas apuntan a que se mantendrá así al menos hasta 2019.



Pero el banco central lleva ya dos años comprando deuda. Implantó su programa en marzo de 2015 y desde entonces hasta septiembre de este año sus compras rozan los dos millones de euros. En concreto, 1'78 billones de euros. De esta cantidad, más de 210.000 millones corresponden a España. Es decir, que el BCE ha comprado cerca del 20% de la deuda pública española total.

Una de las finalidades de este programa era reactivar el crédito al sector no financiero. Una actividad que llevaba una larga temporada desplomada debido a la contracción del crédito en especial en países al sur de la Eurozona y que en los últimos dos años se ha acelerado hasta alcanzar un nivel cercano al 3%.

Sin embargo, el BCE pronto alcanzará su límite autoimpuesto sobre el monto de la deuda que tiene permitido mantener en algunos países. Es decir, que le quedan pocas opciones más allá de recortar sus compras y tratar de gestionar su mensaje lo mejor posible. Un mensaje que deberá ser claro para evitar cualquier malinterpretación, con lo cual el anuncio de este jueves se convierte en un desafío para Draghi.