Un año después de su llegada al gobierno, Michel Temer se enfrenta ahora al mismo proceso que le llevó al poder; el impeachment. Por el momento, y pese a lo ocurrido, Temer asegura que no renunciará al cargo de presidente de Brasil.

El Tribunal Supremo del país ha abierto una investigación judicial contra Temer tras las confesiones de numerosos empresarios acusados de pagar sobornos a cambio de favores políticos. Los dueños del imperio cárnico JBS (casualmente el mayor donante en las campañas electorales de los principales partidos de Brasil) filtraron hace dos días unas grabaciones al diario "O Globo". Grabaciones que el propio diario desveló anoche y en la que Michel Temer asegura que está pagando un soborno para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Soborno que le pide (en la misma grabación) que siga pagando.

Anoche el todavía presidente de Brasil defendió su inocencia en un discurso en el que repitió con fuerza las palabras "no renunciaré" como si fueran un mantra inmutable. Justo después O Globo publicaba la grabación en la que Temer pedía mantener el silencio de Eduardo Cunha, y tras esa publicación llegó la apertura de una investigación formal por parte del Tribunal Supremo.

El Bovespa (la bolsa brasileña) cerró ayer con una caída del 9%, y tuvo que ser suspendida al completo de negociación tan solo 20 minutos después de abrir sus puertas. Un nuevo escándalo político que esta vez si parece afectar al panorama económico, y que tiene a los brasileños, un año después, de nuevo en la calle pidiendo la dimisión del presidente.