El ataque con drones ucranianos a aviones estratégicos rusos a miles de kilómetros de la frontera ha supuesto un golpe significativo a la capacidad militar rusa, según el análisis del general retirado Jesús Argumosa, quien lo compara con la operación israelí contra Hezbolá utilizando teléfonos móviles por su audacia y efectividad.

¿Negociaciones estancadas? "Putin tiene la sartén por el mango"

El general retirado Jesús Argumosa analiza el reciente ataque ucraniano con drones a aviones rusos con capacidad nuclear y las posibles represalias de Moscú.

¿Escalada nuclear como represalia?

"Esta operación ha sido muy, muy sorprendente", señala Argumosa, destacando que los drones ucranianos alcanzaron objetivos a "5.000 kilómetros de la frontera ucraniana en la provincia de Irkutsk y a casi 3.000 en Murmansk". El ataque ha dañado varios bombarderos estratégicos Tupolev-55 y Tupolev-22 con capacidad nuclear, los mismos que Rusia utiliza para lanzar misiles de crucero contra territorio ucraniano.

Para Rusia, esto supone un problema logístico de primer orden: "Estos Tupolev se produjeron hace 20 o 30 años y ahora no hay capacidad de producción", explica el general. "Este método de bombarderos desde la distancia contra las infraestructuras ucranianas importantes o contra ciudades, va a tener realmente un gran problema de cómo lo reemplaza".

A pesar del impacto militar, el general Argumosa considera que el ataque no está afectando sustancialmente a las negociaciones entre ambos países, que siguen mostrando posturas irreconciliables. "Rusia sigue en sus pasos diciendo que primero quiere hacer negociaciones y luego vendrá el alto el fuego y se mantienen sus objetivos", mientras que Zelenski insiste en un alto el fuego previo a cualquier negociación.

Según el experto, "Putin es un gran negociador" que "tiene la sartén por el mango" en este momento. "A él le interesa seguir con la guerra porque está consiguiendo objetivos. Está consiguiendo cada vez avanzar más en Ucrania", afirma Argumosa, señalando que esto fortalece su posición negociadora mientras "continuamente está adquiriendo poco a poco pero más territorio ucraniano".

Ante la posibilidad de una respuesta rusa con armas no convencionales, el general Argumosa se muestra escéptico: "No creo que Putin utilice armas nucleares, llevamos ya tres años de guerra y nunca se ha plasmado". Aunque admite que Putin "ha amenazado a lo largo de la guerra con actuar con armas nucleares", considera que "eso nunca se ha plasmado" y no está en la mente del líder ruso actualmente.

El general anticipa que la respuesta rusa será más limitada: "Puede ser un ataque convencional, tampoco muy largo, muy profundo, porque los medios no están en condiciones y la capacidad operativa rusa en la parte convencional está ahora mismo muy limitada".

El factor tiempo favorece a Rusia

"Cuanto más tiempo pase esto beneficia más a Rusia", afirma Argumosa, explicando que "Occidente todavía no es capaz de darle a Ucrania los apoyos suficientes" para una ofensiva efectiva. "Putin sabe que Ucrania, la munición que le proporcionaba Estados Unidos, sobre todo en artillería de 155, ahora mismo le queda poco tiempo".

Respecto al papel de Donald Trump, el general considera que su posición es de debilidad frente a Putin: "Las condiciones entre Trump y Putin son de debilidad de Trump porque en las conversaciones que ha habido siempre ha sido el ganador Putin". Según Argumosa, "mientras Trump no se implique más directamente en apoyar más fuertemente a Ucrania, Putin sabe que su ventaja estratégica es suya".