“Siempre es momento de invertir en oro”, señalan los expertos. Especialmente en momentos de tensión en los mercados como el que estamos atravesando debido a la crisis del coronavirus. Sin embargo, hay distintas formas de invertir en el metal: la compra de oro físico o a través de ETFs, fondos cotizados específicos que inviertan en este metal.

La principal diferencia se encuentra en el factor propiedad. Es decir, cuando uno compra oro físico adquiere un activo tangible que está en su poder, es el único propietario. Mientras que en el caso de los ETF, el inversor adquiere un derecho de opción pero no de propiedad, como sucede en el caso de las acciones.

Oro físico vs. ETFs: ¿Cuál es la mejor opción de inversión en la crisis del coronavirus?

Oro físico vs. ETFs

Tomás Epeldegui, director de Degussa España, explica que los ETF suponen un riesgo y es que podrían llegar a valer cero. Esto podría ocurrir si el emisor o la entidad garante de los instrumentos financieros suspende o incumple los pagos correspondientes. Como ejemplo podemos citar la quiebra de Lehman Brothers durante la crisis de 2008. En el caso del oro físico esto nunca podría ocurrir debido a que cuentan con un único propietario.

Además, el director de Degussa asegura que las alternativas financieras conllevan apalancamiento y no todas están respaldadas uno a uno frente al oro. Es decir, no es un respaldo exacto frente al valor del oro físico.

Sin embargo, hay quienes recomiendan que en estos momentos es mejor adquirir el metal a través de ETFs. Es el caso de Fernando Fernández Bravo, responsable de ventas institucionales de Invesco.

Es líquido, te está representando el coste del oro y que por 20 puntos básicos, que es el precio de la ETF, estás teniendo el precio del oro con sus seguros, su almacenamiento, su transporte. Hay muchas maneras, pero ahora apostamos por el ETF”, señala.

En un momento difícil como el del COVID-19 donde muchos inversores han perdido liquidez, el factor precio puede ser decisivo. Por ello, Epeldegui señala que ahí entra en juego el perfil del inversor. Es decir, si tiene una vocación de corto plazo con un motivo especulativo, el ETF sería el más ajustado.

Sin embargo, en el largo plazo la diferencia de precio no es tal, señala el director de Degussa. Debido a que el oro físico tiene una garantía de pago universal mientras que en el caso de los ETFs, no está 100% garantizado.