El riesgo real está en el mundo virtual. Un ciberataque global coordinado, distribuido a través de email malicioso, podría causar daños económicos de entre 85.000 y 193.000 millones de dólares. Así se recoge en un informe de gestión de riesgos sobre un hipotético escenario de este tipo que han elaborado Lloyd’s y Aon.

El montante total de reclamaciones que tendría que abonar el sector asegurador se estima entre 10.000  y 27.000 millones de dólares. La diferencia entre las cantidades aseguradas y las pérdidas económicas estimadas, destaca el informe, refleja el grado de infraseguro que existiría en caso de un ataque de estas características.

Un ataque que podría afectar a varios sectores a nivel mundial, aunque las mayores pérdidas se producirían en el minorista, el sanitario, el manufacturero y el bancario. Las economías regionales más dominadas por los servicios, sobre todo Estados Unidos y Europa, sufrirían más, al ser vulnerables a pérdidas directas más elevadas.

Escenarios de riesgo

El informe refleja un test de estrés realizado con un supuesto virus que podría tener efectos en dos escenarios de riesgo. El primero de ellos provocaría una infección al 43% de los dispositivos electrónicos conectados de todo el mundo. En el escenario 2, alcanzaría a los sistemas operativos del 97% de los dispositivos mundiales. Sólo en el escenario 1, el número de empresas afectadas a nivel global superararía las 250.000.

La conexión de las redes económicas y técnicas pueden causar un contagio considerable, particularmente en las compañías expuestas a través de sus cadenas de suministro.

Así, las consecuencias económicas del virus Bashe, del tipo ramsonware, podrían ser dramáticas. Generaría turbulencias en la productividad y en el consumo. Los costes relacionados con la limpieza de los dispositivos y la extorsión, provocarían a su vez impactos significativos en los ingresos de las empresas afectadas directamente.

Los ciberataques han generado la atención en los últimos años, sobre todo desde que en 2017 se propagara un virus desde Ucrania, afectando a miles de ordenadores y provocando disrupciones en puertos de todo el mundo o la suspensión de la actividad en fábricas.