La economía española muestra signos de desaceleración según el último informe de coyuntura del Instituto de Estudios Económicos (IEE), aunque seguirá manteniendo un crecimiento por encima de la media europea. Así lo ha explicado Íñigo Fernández de Mesa, presidente de este prestigioso think tank, durante su intervención en Capital Radio.

Los problemas fiscales "dopados" que aflorarán pronto en España

Íñigo Fernández de Mesa, presidente del Instituto de Estudios Económicos, advierte sobre la pérdida de fuelle de la economía española y señala graves problemas fiscales que ahora están ocultos.

Desaceleración controlada pero con señales de alerta

"Nuestras previsiones es que haya una desaceleración. No va a ser nada dramático. Es decir, vamos a seguir creciendo al 2,3% frente a un crecimiento europeo de menos de la mitad", ha señalado Fernández de Mesa, quien atribuye esta ralentización principalmente a dos factores: un menor impulso del sector exterior y la incertidumbre generada por los posibles aranceles de Estados Unidos.

Según el presidente del IEE, el turismo "va a seguir siendo un elemento importante en nuestro crecimiento económico, pero no va a aumentar tanto como el año pasado". A esto se suma la incertidumbre regulatoria que está afectando negativamente a la inversión: "La inversión extranjera en España ha tenido una reducción muy significativa".

Uno de los puntos más preocupantes del análisis realizado por el Instituto se centra en la situación fiscal española, que Fernández de Mesa describe como un problema "hasta cierta forma oculto" o "dopado" por dos factores temporales.

"En primer lugar porque tenemos un flujo de fondos europeos muy importante a través de los fondos Next Generation que en teoría deberían utilizarse para inversión y me temo que gran parte de los mismos están utilizando para gasto corriente", ha explicado.

"Cuando estos fondos desaparezcan el próximo año, vamos a tener un déficit público que va a aflorar porque esos gastos se van a seguir manteniendo y los ingresos van a desaparecer"

El segundo factor son los "ingresos históricamente altos" derivados de la inflación y un aumento de la fiscalidad que, según advierte, no es sostenible a medio plazo. Su pronóstico es claro: "En un año o en dos años, cuando el crecimiento económico se modere, cuando los ingresos públicos se moderen y cuando el dinero europeo no esté, va a aflorar un déficit público que va a tener que corregir".