Este domingo culmina el proceso electoral al Parlamento Europeo y los seis grandes bloques políticos: derechas, populares, liberales, socialdemócratas, izquierdas y verdes se repartirán los 751 escaños de la Eurocámara. El debate sobre la inmigración y la financiación a unos y otros bandos en los conflictos de Ucrania y Palestina han centrado la atención de los medios de comunicación. Pero, ¿qué propuestas económicas llevan los bloques en sus programas?

¿A quién votar en las europeas? Las propuestas económicas del 9-J

Las nuevas reglas fiscales, la Economía social, la renovación de los acuerdos de libre comercio y la reducción de carga burocrática centran las propuestas

Pues bien, podríamos resumir las propuestas en: Regulación de las reglas fiscales, la Economía Social, la renovación de los Acuerdos de libre comercio, la reducción o mantenimiento de la carga burocrática y administrativa y la inversión en políticas climáticas. Vamos a repasar, bloque por bloque, sus argumentos.

La derecha, contra las políticas climáticas

Vox pide la derogación de la Agenda 2030 al considerar que supone un “plan de despidos masivos”. Alternativa para Alemania se presenta como la antítesis de los Verdes. Como punto en común con la izquierda germana, demanda un acercamiento con Moscú para acabar con las hostilidades.

Los partidos franceses centran su crítica en la burocracia y el centralismo. Mientras, la Lega italiana pone el foco en aumentar la inversión y buscar un modelo de crecimiento económico virtuoso.

Con políticas más próximas al liberalismo, Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni, aboga por plantear una estrategia de inversiones comunitaria para alcanzar el crecimiento económico y reducir la deuda, así como excluir del cálculo del déficit la inversión vinculada a la transición verde y digital.

Los populares y la burocracia

El bloque popular, de centro-derecha, apoya el mercado común internacional. El Partido Popular español pide proteger la inversión productiva. El principal punto en común de todos los bloques es reducir la burocracia y carga reglamentaria y mirar a las Pymes. En particular el PP quiere crear un Comisario Europeo encargado de ello.

El CDU alemán es partidario de proteger el clima, aunque con coerción y desde Francia e Italia pretenden impulsar los sectores productivos y simplificar la gestión de los fondos europeos.

El bloque liberal, en peligro

El bloque liberal, que corre peligro de caer en la extinción ante el auge de la derecha más radical, basa su programa económico en la defensa de la Economía Social. Impulsar fondos para emprendedores y liberar burocracia para autónomos y pymes. Renacimiento, el partido de Macron, quiere que la Unión invierta un billón de euros en ecología, seguridad y tecnología.

Proteger la Economía Social

Virando hacia la izquierda, los socialdemócratas insisten en la idea de proteger la Economía Social. Uno de sus objetivos es adaptar el marco regulatorio para las pymes. Destaca en este sentido el SPD alemán, que quiere garantizar un Salario Mínimo para toda Europa, y para ello emitirá más deuda e impondrá impuestos más elevados. Dan especial importancia al clima y alcanzar la paz acercándose a Moscú.

Aquí, el PSOE busca invertir el 3% del PIB en investigación. Los socialistas franceses promueven la imposición de un impuesto sobre los millonarios e incrementar el de las multinacionales hasta el 25%.

La izquierda y la reducción de jornada

La izquierda europea pone el foco sobre la mejora de los salarios y la reducción de la jornada laboral.

Sumar impulsa un salario mínimo comunitario del 60% del salario medio de la Unión. Defiende la implantación de la jornada laboral de 32 horas, aunque Podemos va más allá y promete la de 30 horas, así como topar los salarios máximos. La izquierda alemana aumentaría la carga impositiva y reduciría la semana a 4 días laborales. Entretanto, la francesa derogaría las normas presupuestarias europeas para flexibilizar el gasto público.

Los Verdes

Los Verdes quieren convertir la Unión Europea en un estado federal europeo. Los franceses pretenden invertir 260.000 millones al año en transición verde, mientras que los italianos defienden proporcionar margen a los estados para financiar inversiones. Tienen en común el rechazo a los acuerdos del libre comercio.