Las compañías extranjeras ya no son tan bien recibidas en China, así lo asegura más del 80% de los miembros del lobby estadounidense en el gigante asiático.

Las compañías estadounidenses se muestran cada vez más pesimistas ante las perspectivas que ofrece China, que se enfrenta a una ralentización económica y amenaza con un mayor proteccionismo. Motivos por los cuales cada vez más empresas retrasan sus inversiones en China o dejan de ver al país como un destino de inversión.

La falta de acceso al mercado en China y las políticas restrictivas que van en contra de sus promesas de liberar los mercados se han convertido en unos aspectos nada atractivos para quienes ya están en el país. Stephen Shih, Socio en Bain and Company:
Este año, el 25% de las compañías estadounidenses encuestadas ha dicho que han trasladado su capacidad fuera de China o que planea hacerlo. Y eso se dirige a otras direcciones. Algunas industrias más intensivas en mano de obra, podrían trasladarse a otras partes de Asia u otros países emergentes. Incluso algunas compañías han mencionado que podrían trasladarse a EEUU.

La relocalización de las compañías extranjeras en China hacia otros países es una tendencia que podría ir en aumento en los próximos años. Sobre todo si tenemos en cuenta que en los últimos años se han incrementado los costes de producción de China, que era uno de los grandes atractivos del país cuando comenzó a convertirse en la “fábrica del mundo”. Es por este motivo por lo que muchas compañías empiezan a buscar otros lugares más ventajosos.

Una tendencia que se explica por el creciente proteccionismo que se avecina. A pesar de todo, el gobierno chino insiste en que defiende a toda costa los mercados abiertos. Hua Chunying, portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores:
La gran puerta de China ha estado siempre abierta al mundo exterior. No se cerrará. Al mismo tiempo, esperamos que las puertas de todos los países estén abiertas a los inversores chinos.

Además, los círculos empresariales están especialmente preocupados por el futuro de los lazos comerciales entre EEUU y China. Y los mensajes de Donald Trump no ayudan: califica al país de manipulador y le amenaza con la imposición de aranceles.

Las previsiones apuntan a que la economía china crecerá alrededor de un 6’5% este 2017, aunque algunos prevén que el crecimiento estará por debajo: en el 6’1%. El país, por su parte, asegura que será difícil mejorar este año si el gobierno de Trump y otros cambios políticos limitan el crecimiento de las exportaciones.

Pero Donald Trump es, por ahora, un dolor de cabeza que puede quedar relegado a un segundo plano. Si las compañías estadounidenses se van del país, China tendrá un problema.