Los partidos minoritarios que auparon a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno hace apenas dos meses se abstienen este viernes en la votación para aprobar la senda fiscal presupuestaria, lo que deja a la vista la debilidad del Ejecutivo socialista al no contar con los apoyos suficientes para sacar adelante la senda presupuestaria.

A pesar de este golpe, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha considerado hoy "incomprensible, ilógico y muy doloroso" el rechazo en el Congreso de los Diputados a la senda de consolidación fiscal para 2019, si bien ha asegurado que el Gobierno "mantiene su rumbo" y prepara los Presupuestos de 2019. Ha admitido que el Gobierno tendrá que presentar una senda de corrección del déficit público y techo de gasto dentro de un mes.

Podemos y los grupos nacionalistas catalanes ERC y PDeCAT ya han hecho oficial su postura, que han estado negociando hasta última hora de la noche del jueves con el Gobierno. Finalmente optan por la abstención, rompiendo así la imagen de unidad entre los partidos que habían apoyado la investidura de Sánchez y dejan claro el calvario que va a suponer para los socialistas sacar adelante cualquier iniciativa de calado.

El diputado de Unidos Podemos Txema Guijarro ha instado al Gobierno a negociar la manera de aprobar unos nuevos objetivos de déficit más expansivos, ya sea a través de la reforma de la Ley de Estabilidad o con unas nuevas metas. Durante su intervención en el debate de la nueva senda de objetivos de déficit para el periodo 2019-2021 en el Pleno del Congreso de los Diputados, Guijarro ha señalado que la abstención de su grupo en la votación de hoy "no es un no" al Gobierno, sino "una invitación franca para hacer las cosas bien".

La votación del Congreso aborda el nuevo objetivo de déficit pactado por el nuevo Gobierno con Bruselas, que supondría una relajación del objetivo de déficit desde un 1,3 por ciento para 2019 a un 1,8 por ciento, y 6.600 millones de euros más de gasto para las administraciones públicas.

Ahora el Ejecutivo deberá hacer las cuentas para el próximo año con menos margen fiscal del acordado con Bruselas. El presidente del Gobierno aseguró la noche anterior en una rueda de prensa que los principales perjudicados por esta decisión serán las comunidades autónomas.