Es la primera vez que cae por debajo del grado de inversión en una década. Considera que el sistema financiero ruso se está debilitando y la capacidad del Banco Central para transmitir su política se ha limitado. Además su economía crecerá en torno a un 0,5% hasta 2018 frente a una previsión anterior del 2,4% dañada por la caída del precio del crudo y las sanciones por la crisis de Ucrania.

Asimismo, Standard & Poor's subraya que ve un "elevado riesgo" de que sus reservas fiscales y externas se deterioren debido a un aumento de las presiones externas y al cada vez mayor apoyo que presta el Gobierno a la economía.

Respecto a la perspectiva 'negativa' otorgada a sus ratings, S&P explica que esta decisión obedece a la posibilidad de que la flexibilidad de su política monetaria siga disminuyendo. Esto indica que podría bajar los ratings en los próximos doce meses si las reservas fiscales y externas se deterioran en los próximos doce meses más rápido de lo que espera actualmente.