Hoy en día el talento no se mueve exclusivamente por la seguridad en el empleo. Se buscan oportunidades de aprendizaje y de desarrollo personal, pero también se buscan empresas con una reputación contrastada. Los candidatos preguntan no solo por el sueldo, sino por nuevos complementos que van teniendo cada vez mayor protagonismo. Nos referimos al llamado salario emocional, donde la conciliación familiar, la desconexión digital y el modelo hibrido presencial/teletrabajo, son valorados tanto como la propia remuneración.

Hace años, uno de los principales factores para cambiar o quedarse en el trabajo era la relación con el superior. Hoy día, este factor es casi irrelevante. La estabilidad en el trabajo ya no es un hecho capital. Datos aportados por LinkedIn dicen que más del 50% de los profesionales registrados en esta red social están abiertos a cambiar de trabajo y sólo el 15% tiene escaso interés en cambiar.

Las nuevas generaciones quieren empresas cuya estrategia y objetivos empresariales, estén en sintonía con su proyecto de desarrollo profesional y personal. Su compromiso y motivación será posible en la medida en que el proyecto empresarial converja con sus aspiraciones personales y sus valores. Las empresas evalúan también a los candidatos en relación a competencias trasversales tales como la capacidad para la cooperación, el trabajo en equipo, la adaptación al cambio, o la orientación del trabajo hacia objetivos.

Si no se sabe manejar adecuadamente la consolidación de un modelo hibrido que combine el trabajo presencial y el teletrabajo, muchas empresas pueden encontrarse con una fuga de talento hacia empresas donde se haya puesto en valor el salario emocional, nuevo banderín de enganche del talento. Estamos ante un momento trascendental para consolidar nuevos modelos laborales que se han demostrado eficaces, solo puestos en peligro si aflora el viejo vicio español del presencialismo, que va a dejar en evidencia a las empresas que valoren la presencialidad. por encima del trabajo por objetivos. Alguien debe darse cuenta que los headhunters del futuro actuarán como un trader, pero en lugar de valores bursátiles, energía o cualquier otra cosa, estarán operando con talento, sin duda, un valor en alza.