Los contratos de renta antigua para los locales comerciales desaparecerán el día 1 de enero. El día 31 se cumplía el plazo de la moratoria de veinte años que fue fijada en la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, que mantenía el precio de los alquileres antiguos.

Según la Ley de Arrendamientos Urbanos, todos los negocios con contrato de renta antigua anterior a mayo de 1985 deben actualizar y renegociar sus alquileres antes del 31 de diciembre.

Dichos contratos, que se caracterizan por tener rentas bajas y periodos de duración muy largos, no afectarán a las personas físicas, solo a las jurídicas.

Ante el fin de la moratoria, organizaciones empresariales, de consumidores, sindicatos y partidos políticos y los propios comerciantes han pedido al Gobierno prorrogar cinco años los alquileres de renta antigua para los comercios arrendados.

Y es que según han denunciado los afectados, algunos comercios se verán obligados a cerrar al no poder hacer frente al alza de los alquileres.

Incluso, el sector del comercio minorista ha alertado de que la finalización de la renta antigua pone en peligro 519.000 puestos de trabajo en toda España y afecta a más de 19.000 comerciantes.

De la misma manera, la asociación de autónomos UPTA ha calculado que finalizarán entre 60.000 y 75.000 contratos de alquiler de renta antigua que no han tenido ninguna actualización.