Terrorismo internacional, guerras enquistadas, tensiones crecientes entre bloques o crisis económicas son algunos de los retos que a los que los estados deben enfrentarse. Las amenazas a la seguridad nacional de los países han aumentado recientemente, ya sea por el conflicto de Siria, como por la inestabilidad de Libia, el crimen organizado o las ciberamenazas. La pregunta es: ¿Cómo afrontamos estos desafíos?

El general director del Instituto Español de Estudios Estratégicos, Miguel Ángel Ballesteros, insiste en la necesidad de impulsar una metodología compleja y multifacética que pueda derrotar a los conflictos internacionales. Explica, en su último libro "En busca de una Estrategia de Seguridad Nacional", que una de las claves es establecer una colaboración público-privada. Los medios de seguridad nacional cada vez son más sofisticados y más caros y no todos los estados son sostenibles para financiar tales herramientas; además de que, en muchos casos, las empresas están implicadas directamente en los ataques a la seguridad.

La situación económica también es fundamental, sobre todo en un entorno difícil como el actual, donde crecen las reticencias a los acuerdos de libre comercio y muchos líderes políticos reniegan de la globalización y piden levantar fronteras.

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