En su empeño por recortar el gasto público, Donald Trump ha propuesto una nueva iniciativa. El plan pasa ahora por vender los parques nacionales para reducir el presupuesto del Servicio de Parques Nacionales. La intención del presidente es transferirlos a la administración estatal y tribal, pero hay un problema: los estados no los quieren porque alegan que sus recursos ya son limitados.
Washington quiere ahorrarse 1.200 millones de dólares del presupuesto destinado al cuidado y mantenimiento de estos espacios. Creen que hay pàrques demasiado desconocidos para merecer la gestión federal y pretenden que los estados se hagan cargo. Algunos estados tienen dentro de su territorio decenas de estos pequeños parques y se defienden porque no pueden pagar su gestión y personal. Por lo tanto, muchos se verían abocados al cierre.
El presidente de Estados Unidos quiere recortar el gasto en estos espacios dentro de su estrategia de reducir el déficit público
Recortar gasto público, ¿la prioridad de Donald Trump?
La maniobra se engloba dentro de la estrategia de Trump para reducir los costes del sector público. Para ello, el presidente se había apoyado desde su llegada a la Casa Blanca en el empresario Elon Musk, encargado de dirigir el departamento de eficiencia gubernamental (DOGE). Sin embargo, ha causado tal revuelo que Musk se ha visto obligado a renunciar a su cargo público y salir de la política ya que su pérdida de popularidad estaba dañando los resultados de sus compañías.
Lo cierto es que las cifras se han quedado lejos del objetivo. El Departamento de Musk planteaba inicialmente un objetivo de recorte de 2 trillones americanos (2 billones europeos) que se revisaría a 1 trillón. Se calcula un ahorro de 175 billones, lejos de las expectativas. Además, ha sembrado el descontento entre los trabajadores públicos y gran parte del electorado que hace poco más de medio año situaba a Trump al frente de Estados Unidos.
Para más inri, el presidente va a imponer un plan fiscal basado en rebajar impuestos y recortar el gasto en políticas sociales, como Medicaid. Y es que se calcula que podría incrementar la deuda en 3,8 trillones de dólares americanos en la próxima década.