Sería maravilloso que cada vez que estrenásemos vestido nos pagasen unos 250.000 dólares. Y esta realidad existe. Entre las grandes figuras de Hollywood. Ni a Brandon Maxwell (estilista de Lady Gaga) ni a Jessica Paster (estilista de Emily Blunt y Leslie Mann) les pesan sus declaraciones. Aseguran que los estilistas también se llevan su beneficio (hasta 50.000 dólares) por persuadir a su estrella con una marca en concreto.

En el Vulture Festival de Nueva York se juntaron Maxwell, Paster y otros estilistas de estrellas (Erin Walsh, Brad Goreski…) y aflojaron la lengua. Desenmascararon algunos de los secretos de su trabajo, anécdotas de última hora y las cifras que se mueven por el gremio. El estilista Goreski asegura que es fundamental la figura del estilista para recibir este dinero extra. Gracias a él, la estrella podrá llamar la atención lo suficiente como para que las grandes firmas se fijen en ellas.

El negocio está en la imagen que se da a la marca. Jennifer Lawrence y Marion Cotillard se las han ganado Dior; Alicia Vikander se ha convertido en la imagen oficial de Luis Vuitton; y Jennifer López, para Versace.