Dos enfermedades tropicales poco conocidas, el Zika y la melioidosis, pueden suponer una nueva amenaza para la salud mundial.

La melioidosis es una bacteria casi desconocida que resiste a muchos antibióticos y causa tantas muertes como el sarampión. Vive principalmente en el Sur de Asia y el Norte de Australia, aunque según la publicación Nature Microbiologi, puede propagarse a otras zonas cercanas por medio de la importación de animales infectados.

89.000 personas mueren al año víctimas de esta enfermedad. Es decir, más de la mitad de los 165.000 infectados al año pierden la vida en su lucha contra la melioidosis. La bacteria es menos conocida que el dengue, aunque las muertes que provoca son mayores que la de esta infección vírica.

Científicos de la Universidad de Oxford advierten de la rápida propagación del Zika. Una enfermedad tropical transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que dispara todas las alarmas en América Latina.

El caso más grave es el de Brasil, donde miles de personas están afectadas. En un principio la enfermedad no es mortal, pero estas infecciones se relacionan con un aumento en el nacimiento de bebés con microcefalia.

El virus ha llegado también a Venezuela, México, Colombia, República Dominicana o Panamá. Los primeros casos se observaron en África en la década de los 40, y no fue hasta el año pasado cuando las autoridades sanitarias se percataron del viaje de la enfermedad a tierras americanas.

El Zika no tiene tratamiento, pero el verdadero peligro está en el mosquito. A parte de portar esta enfermedad, puede transmitir también la fiebre amarilla, el dengue o la fiebre chikungunya.

La melioidosis y el Zika son la nueva amenaza sanitaria a las que debe hacer frente el mundo. En 2014 vimos como el ébola, una enfermedad hasta entonces muy poco estudiada, asoló a la población de África Occidental y los científicos no pudieron diseñar un remedia a tiempo. ¿Hemos aprendido la lección?