E.ON, el grupo energético alemán, obtiene un beneficio operativo en el primer semestre del año de casi 1.770 millones de euros, un 12% menos. La compañía supera las expectativas, ya que los analistas esperaban un EBIT de 1.560 millones.

El beneficio neto atribuible asciende a 3.872 millones de euros en comparación con las pérdidas por valor de 3.034 millones que sufrió en el mismo periodo del año anterior.

Los ingresos se reducen en un 3% en el semestre hasta los 19.583 millones de euros por la desconsolidación en sus cuentas de Uniper que es la encargada de la generación de electricidad.

Por lo tanto, los resultados se deben a mayores márgenes en su negocio de la red de distribución. Concretamente, el 58% de los beneficios obtenidos en este semestre provienen de esta división. E.ON, ha anunciado que podría incrementar las tarifas de su red propia y reducir a la vez el pago por uso de otras redes en Suecia.

Además, E.ON amplió capital por 1.350 millones de euros y se le devolvieron los impuestos sobre la energía nuclear, lo que ayudó a reducir la deuda y aumentar los beneficios.

E.ON se está recuperando de la reestructuración más grande que ha sufrido en su historia. La mayoría de sus plantas energéticas han pasado a ser entidades individuales. Con esto, la energética, quiere conseguir liberar efectivo para invertir en renovables, redes y ventas al por menor. La empresa mejoró las ventas de su división de renovales un 4%.

El grupo, ha anunciado que va a incrementar el dividendo y prevé un beneficio operativo antes de extraordinarios de alrededor de 3.000 millones de euros. E.ON tiene como objetivo mantener este nivel de crecimiento en los próximos años.