Se llama Amazon Go y ha estado en fase de prueba un año en Seattle. Bastante más de lo que esperaba la empresa. Hasta ahora sólo lo podían usar los empleados de Amazon. Desde hoy, está abierto al público. El establecimiento supone un importante avance en la evolución del sector minorista, aunque en este caso no se centra en el mundo digital.

La tecnología desarrollada por Amazon para esta tienda ayuda a detectar, mediante cámaras y sensores, qué productos se han retirado de los estantes y cuáles se han vuelto a dejar en los mismos. La compra se va registrando de manera digital en una cuenta asociada. El cargo se hace directamente en la tarjeta de crédito una vez que abandonas el lugar a través de los escáneres de la puerta.

La tienda de Seattle abrió para sus empleados en diciembre de 2016 en fase de test. Entonces dijo que esperaba abrirla al público a comienzos de 2017. Sin embargo, durante las pruebas surgieron problemas imprevistos, según fuentes de citadas por la agencia Reuters. La tecnología funcionaba de manera incorrecta en algunas ocasiones, como, por ejemplo, cuando entraban en las tiendas niños revoltosos que movían productos de un lugar a otro que no correspondía. El sistema también tenía dificultades a la hora de distinguir a personas con morfologías similares y por tanto para identificar a cada comprador.

Desarrollo tecnológico

La vicepresidenta de Amazon Go, Gianna Puerini, justifica este retraso y los problemas surgidos en la fase de prueba alegando que han tenido que desarrollar una tecnología que no existía y que ha supuesto un avance en terrenos como el ‘machine learning’ o la visión artificial.

Amazon no ha anunciado si va a abrir nuevos establecimientos similares y ha comunicado que no tiene previsto aplicar esta tecnología a las tiendas de Whole Foods, la cadena de alimentación que compró el año pasado. La mayor empresa de comercio electrónico de EEUU pone ahora un ladrillo más en su nueva estrategia en el sector minorista, que combina las ventas en la red con las tiendas físicas.