Los aviones de Boeing podrían tener otro defecto técnico, otro problema. El fabricante ha reconocido que algunos de sus aviones modelo 737, incluidos muchos 737 Max, pueden tener partes defectuosas en sus alas. Es el último problema al que Boeing se enfrenta cuando trata de que su avión más importante y popular, el 737 Max, vuelva a volar.

La Administración Federal de la Aviación Civil de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) también ha informado de que algunas piezas de los aviones Boeing 737 MAX y del nuevo 737 NG podrían estar fabricadas de forma inadecuada y no cumplirían los estándares regulatorios de resistencia y durabilidad.

El fabricante estadounidense ha llamado a revisión a unas 300 aeronaves que podrían estar afectadas. Si bien dice que no sufren el riesgo de un siniestro inmediato o inminente, sí podrían dar problemas en pleno vuelo.

Casi todos los países del mundo mantienen en tierra este modelo de avión, después de dos accidentes ocurridos en unos cinco meses. También la autoridad de aviación civil de la Unión Europea dio orden de cerrar el espacio aéreo del continente para todos los vuelos comerciales con los Boeing 737 Max.

En octubre de 2018, uno de estos aviones de la aerolínea Lion Air se estrelló a los 12 minutos de despegar, en Indonesia. En el accidente murieron 189 personas entre pasajeros y tripulantes. Solo unos meses después, en marzo de este año, se estrellaba otro de estos aviones, en este caso de Ethipian Airlines, a los seis minutos del despegue. Fallecieron en este caso 157 personas.

Tras las investigaciones, parece ser que se trató de un problema en los sistemas de navegación, del que los pilotos no tenían conocimiento. Además se supo también que Boeing vendía como un extra el sistema de alarma de posibles fallos de software.

La compañía se desplomó en bolsa, ya que el 737 concentra el 80% de los pedidos de Boeing y se calcula que debía aportar un tercio de los ingresos. Además de que la mayoría de los países paralizaron sus vuelos con estos aviones, varias aerolíneas cancelaron pedidos. Pasó de marcar records históricos, con un 230% de revalorización de marzo de 2016 a marzo de este año, a perder 20.000 millones de capitalización. El 8 de marzo, el último día de cotización antes del accidente de Ethipian, cerraban sus títulos en 422 dólares. Hoy abrían en 345 dólares. Y ha seguido cayendo.

A mediados de mayo, Boeing anunciaba que ya había completado la actualización de software y finalizado sus pruebas correspondientes, con 207 vuelos y más de 360 horas en el aire, para que esos aparatos puedan volver a operar.

Después las aerolíneas se reunían en Montreal en mayo con la IATA (la Asociación de Transporte Aéreo Internacional) y reclamaban una acción coordinada sobre estas aeronaves (por eso, porque muchas o los tienen en tierra o están esperando un pedido).

La Administración Federal de Aviación dijo que esperaba poder aprobar que el 737 MAX vuelva a entrar en servicio a finales de junio. No obstante, advirtió que no había un calendario firme para levantar el veto al modelo de avión. La IATA en cambio no espera que el 737 MAX pueda volver a volar antes de agosto.

La Cumbre Mundial del Transporte Aéreo, que reúne a 290 aerolíneas, se celebra ahora en Seúl. Y allí este lunes la IATA ha vuelto a señalar esa necesidad de mantener criterios unificados en materia regulatoria tras el caso del 737 MAX. Se pronuncia así tras las discrepancias que se vieron entre los diferentes organismos de aviación tras los accidentes de octubre y marzo.