El 6% de los hogares en el mundo ya tiene servicio de video en streaming. En número de suscriptores alcanza los 446,8 millones, lo que supone una subida del 33% respecto a 2016. Sea por su juventud, por la calidad de las historias o porque nos permite consumir una serie o película a la hora que queramos y durante el tiempo que nos apetezca, el caso es que el vídeo en streaming vive una época dorada. Crece el número de suscriptores, pero también crece la facturación: nada menos que un 161% entre 2013 y 2017.

Los datos los acaba de publicar Motion Picture Association of America. Y sí, por si le quedaba alguna duda, sepa que el gasto mundial de los hogares en vídeo en streaming supera al gasto en salas de cine: 47.800 millones de dólares, frente a los 40.600 millones de dólares que nos gastamos en las entradas tradicionales de cine.

En 2017 el gasto en servicios de vídeo digital creció un 11% en todo el mundo. Es Estados Unidos la subida es todavía mayor, del 20%, pero es que en ese país los ciudadanos ya pasan el 49% de su tiempo en medios en plataformas digitales.

¿Quién sale perdiendo? El sector de la suscripción por cable. Todavía 565 millones de hogares tienen contratada esta modalidad, pero el número desciende por segundo año consecutivo.

LA SALA DE CINE NO HA MUERTO

Pese al auge del vídeo en streaming y el cierre de muchas salas tradicionales, los cines han despedido 2017 como un año con facturación récord: 40.600 millones de dólares, un 5% más que en 2016. Detrás de la subida, el mercado chino, donde la subida del 21% de la facturación (a 7.900 millones de dólares) compensa la caída del 2% de la facturación de los cines de Estados Unidos y Canadá en 2017. Y por cierto, cada vez hay más salas de cine: 170.000 en todo el mundo (un 8% más que en 2016) y aquí también es la región Asia Pacífico la que permite el crecimiento.