Duro Felguera ha perdido 254 millones de euros en 2017. Este resultado se deriva de la delicada situación financiera que atraviesa el grupo de ingeniería, que prepara una profunda reestructuración en busca de la viabilidad.


La empresa también obtuvo un ebitda negativo, en 173 millones de euros, tras registrar menores ventas en todas las líneas, combinadas con unos márgenes negativos, y una contratación de 576 millones de euros, un 7,8% inferior a la del año anterior.


La empresa experimentó una reducción del 12 por ciento en las ventas y del 47% en la cartera de pedidos, mientras que el margen ebitda negativo fue del -27,7%.


El ejercicio anterior se ha caracterizado por una situación de estrechez financiera que ha limitado la actividad de la compañía y por una intensa búsqueda de socios en el mercado nacional e internacional liderado por la firma Rothschild.


De hecho, Duro Felguera vincula en parte las pérdidas a una revisión del negocio de cara al proceso de captar socios.


"La búsqueda de socios ha producido una revisión muy detallada y rigurosa de los proyectos en curso incluyendo tanto su grado de avance como las estimaciones de costes para su conclusión. Como consecuencia, han aflorado importantes ajustes",ha señalado la empresa


La semana pasada la empresa desveló que en el marco de su proceso de reestructuración está analizando un acuerdo con los acreedores que incluirá un ajuste patrimonial para reducir la deuda con una ampliación de capital posterior que provocarían una fuerte dilución de los accionistas actuales.


Las operaciones, diseñadas para "garantizar la estabilidad y viabilidad futura de la compañía" tras unas importantes pérdidas en 2017 constituirán la base de la refinanciación que mantiene con sus acreedores y que ya contemplaba una ampliación y conversión de deuda en capital.


El grupo, que también lleva meses inmerso en una investigación por presuntos delitos de corrupción y blanqueo por la Audiencia Nacional, prevé someter a aprobación una ampliación de capital dineraria de entre 100 y 125 millones de euros.


"Las primeras prospecciones parecen favorables, durante las próximas semanas se continuará con este proceso de análisis", señaló.


Previamente, proyecta una operación de ajuste patrimonial que dejaría la deuda en niveles "sostenibles" de en torno a 85 millones de euros (frente a los 271 millones al final de 2017), con 25 millones de euros de liquidez en una línea backup y líneas de avales para nuevos proyectos de hasta 100 millones de euros.


La sociedad explicó entonces que el ajuste estaría determinado precisamente por los "adversos" resultados que anunciaría en 2017.


En la nota del miércoles la sociedad asturiana dijo que está poniendo en marcha un plan de mejora de eficiencia "que permita recuperar la viabilidad en las líneas de negocio menos efectivas y mejorar la productividad frente a las empresas contra las que compite".


El objetivo de este plan es aumentar el valor añadido sobre ventas en un 5% y reducir un 20 por ciento el coste de masa salarial no afecto a las obras de ejecución directa en el extranjero,