El supervisor de la bolsa estadounidense, la SEC, ha impuesto una multa histórica por  las relaciones personales entre auditores y directivos de las empresas auditadas. En concreto han sido cuatro directivos y la firma de auditoría E&Y los que han sido sancionados.

Tendrán que pagar 9,3 millones de dólares porque, a juicio de la SEC, vulneraron la independencia e imparcialidad de sus informes. Dice en el comunicado que “estos socios se acercaron demasiado a sus clientes a nivel personal y violaron las normas para mantener la objetividad y la imparcialidad durante las auditorías”.

Según la información de la SEC, la auditora Pamela Hartford mantuvo una “relación romántica” con Robert Brehl, jefe de contabilidad de la empresa Elder Trust, mientras formaba parte del equipo que auditaba dicha compañía. En el otro caso, el auditor Gregory S. Bednar, también de EY, violó la regla de independencia por su relación con la persona a cargo de las finanzas de la empresa que auditaba, a la que la SEC no identifica. Señala que pasaron varias noches juntos, hicieron viajes con familiares sin motivos profesionales e intercambiaron cientos de mensajes de texto, correos electrónicos y mensajes de voz durante el periodo que duró la auditoría. Calcula que gastó unos 110.000 millones de dólares. Los dos auditores han sido despedidos.

Andrew J. Ceresney, director de la División de Cumplimiento de la SEC explicó que "Ernst & Young no hizo lo suficiente para detectar o prevenir que estos socios se acercasen demasiado a sus clientes y comprometiesen su papel como auditores independientes".

Todos han aceptado la multa de la SEC sin admitir o negar los cargos.