Ericsson, el grupo de telecomunicaciones sueco, presenta pérdidas en el segundo trimestre de este año de 105 millones de euros, el doble de la estimación más pesimista de los analistas.


La facturación de la empresa ha caído un 8% hasta los 5.241 millones de euros. Sus pérdidas operativas se han elevado a 145 millones de dólares y a revisa a la baja sus previsiones para el negocio de infraestructuras para móviles. Un duro golpe para la firma sueca que intenta reestablecer su rentabilidad.


Ericsson explica que dicha caída se atribuye, ante todo, a las bajas inversiones de los clientes en la empresa. Esto ha afectado directamente a la venta de su red de telefonía. Ante la situación de pérdidas, la compañía sueca ha decidido acelerar el proceso de reducción de costes.


El consejero delegado de la empresa, Borje Ekholm, ha explicado en un comunicado que frente a la perspectiva de mercado ante la que se encuentra Ericsson, acelerarán sus acciones para “cumplir el objetivo de duplicar el margen operativo de 2016 más allá de 2018”.


El panorama de mercado de telecomunicaciones se presenta complicado para la compañía sueca debido a la dura competencia de la compañía asiática Huawei, quien ha llegado a Europa pisando fuerte, y la finlandesa Nokia.


Ambas han provocado que Ericsson pierda una cuota de mercado considerable.


Las acciones de Ericsson han reaccionado con caídas en la apertura de un 8%, el mayor descenso desde octubre de 2016.